de Enrique Jude Jude Taboada, el miércoles, 6 de febrero de 2013 a la(s) 1:30
Añoranza
La
añoranza de tantas huellas, que dejo tu cuerpo tantas partes tantos
momentos, y ahora solo somos dos completamente desconocidos, nos
miramos, como miramos a medio mundo, sin nada que no sorprenda, nada que
nos jale de tajo los sentimientos, ahora ya no soy de ti ni tu eres
mía, somos dos hojas sin rumbo, somos dos completamente desconocidos.
Voz
Había
algo que me tranquilizaba, era siempre su voz, era como un murmullo que
silenciaba la peor tormenta y la convertía en el polo norte en un cubo
de hielo, en pocas frases ella siempre era ella y yo era yo y los dos,
ya no recuerdo ¿Qué éramos los dos?
Duerme
Amaba
escucharte roncar, era la forma que me decías que estabas ahí, en las
noches, verte cerrar los ojos, ver como te movías hasta que encontrabas
el momento perfecto para dormir, era como cuando estabas despierta,
siempre encontrabas el momento perfecto de besarme y yo de recibir el
beso
Después
No te hablo después de
la tormenta, ni después del dramático adiós, ni después del ultimo
beso, ni después de la ultima lagrima (aun me sobran demasiadas), no
de3spues de las miles de lunas en mi balcón sin tus besos, no te hablo
después de mucho, solo te recuerdo olvidado en el cajón.
Ella
Ella despertó, lo vio estaba ahí, estaba a su lado respirando el mismo amor.
El
El la vio, no estaba dormido, solo estaba soñando un recuerdo donde ella lo miraba.
© D. R. CEM, Enrique Jude Jude Taboada,
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